Este proyecto contempla “un bono de transición”. Una ayuda extra destinada a las personas con pocos medios para incitar a la renovación del parque automovilístico y la sustitución de los coches más antiguos y más contaminantes. Vehículos matriculados en el caso de los gasolina a partir de 1997, y de los diésel a partir de 2001. De momento desde el gobierno francés no se han especificado las cifras de estas ayudas.

El propio Ministro reconoce que será algo complicado, sobre todo para los fabricantes locales, muy dependientes de los sistemas diésel. Pero al mismo tiempo indica que estos tienen suficientes recursos para alimentar lo que de momento no es más que una promesa. Algo que además supone una acción enmarcada dentro de una agenda de salud pública. Algo que esperan sirva para convencer a los más indecisos con esta iniciativa.

El Sr Hulot también ha indicado que después del verano presentarán un proyecto de ley que pretende sentar las bases para la prohibición de nuevos proyectos de exploración y explotación de petróleo, gas o carbón. Una medida destinada a abordar el problema de las emisiones desde diferentes frentes.

Unas medidas que a la vista del tiempo que falta para su aplicación, 23 años, da la impresión de que no tendrá apenas efectos a corto plazo. A eso añadir lo cambiantes que son las políticas de los gobiernos, fuertemente influenciables por los lobbys de los grandes grupos, y también a la necesidad de adecuar este tipo de regulaciones a las reglas que marca la Unión Europea. Ingredientes que dejan este anuncio en un gran eslogan, pero sin efectos profundos a corto o medio plazo.

Y a largo plazo posiblemente el propio mercado sea el que se regule para que antes de 2040 tener un coche diésel o gasolina sea absurdo desde el punto de vista económico.

Tomado de: Forococheselectricos España por: Carlos Noya