Según el estudio, al ritmo que vamos, para el año 2050 habrá más plástico que peces en los océanos.
Los científicos cada vez están más preocupados por los microplásticos que quedan en los océanos y que a su vez llegan a la cadena alimentaria. Sin embargo, se enfrentan a un problema mayúsculo porque no han podido dar con las causas del problema.
Un equipo canadiense de la costa de Columbia Británica encontró muestras recientes que contenía hasta 25.000 partículas de plástico y fibras en un solo metro cúbico de agua.
Como aseguró Peter Ross, director de investigación de la contaminación del mar en el acuario de Vancouver, “estamos encontrando un contaminante diferente a cualquier contaminante que hemos visto antes. Esto no es un contaminante químico, es un contaminante estructural”.
Parte de la contaminación proviene de bolsas de plástico, envases, colillas de cigarrillos y desechos de plástico que reposan en los océanos del mundo y se quedan estancados para siempre en estos ecosistemas.
Pero estas no son las únicas fuentes que contaminan, hay otras preocupantes como lavar la ropa. Por ejemplo, como dijeron los investigadores del estudio, un solo suéter podría liberar hasta 10.000 partículas de fibras microplásticas. Si eso se suma con el total de personas que lavan sus prendas, la cifra es escalofriante.
Se trata de un problema mundial que según las estimaciones es equivalente a ponerle a las aguas un camión de basura cada minuto. A este ritmo, para el año 2050, habrá más plástico en el océano que peces. Por eso, resulta crucial hacer algo para tratar de mejorarlo.
Los técnicos en el laboratorio del acuario de Vancouver comenzaron a utilizar un aparato infrarrojo que es capaz de identificar el tipo de plástico a partir de pequeñas muestras. “No nos va a dar la huella digital exacta”, dijo Ross.
Por otro lado, otro equipo de la Universidad de Vancouver cosechó miles de mariscos a lo largo de la costa de Columbia Británica. Descubrieron que cuando el plancton y los organismos filtradores ingieren estos plásticos, esto significa una ventana para que el plástico ingrese en los alimentos. No obstante, la investigadora líder de este análisis, sostuvo que aún faltan muchos estudios que puedan dar luces sobre qué hacer con los plásticos o cómo evitar su entrada en el organismo.
Por: Redacción Medio ambiente; el Espectador – Medio Ambiente 15 Mar 2017
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