Una nueva ave llamada Chamí antipitta (Gallaria alvarezi) fue registrada en el territorio embera chamí de la Cordillera de los Andes. Es un ave de plimas rojizas que habita en zonas del Parque Paramillo y en los departamentos de Antioquia y Cauca.
Colombia es un país megadiverso reconocido así en todo el planeta. Tenemos el primer lugar en especies de aves, con 1.999 registradas y, según el Instituto Humboldt, de ese total 158 son migratorias y 82 son endémicas, es decir, no habitan en ningún otro lugar, solo en nuestro país.
La evidencia de esta nueva especie se observa en un artículo publicado en la revista científica Zootaxa, en donde se publica la especie número 2000 para el país. Además de esto, el ave es única en Colombia, ubicándola como la número 83 en la suma de aves endémicas.
Lo curioso de esto, que además de la un valor aún mayor a esta especie, es que solo se encuentra en el territorio de los indígenas embera chamí de la cordillera occidental. Su nombre es chamí antpitta y se puede encontrar en zonas con alturas desde los 2.350 y 3.650 metros sobre el nivel del mar. Dentro del equipo de investigadores que identificaron en ave está Andrés Cuervo, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional; Carlos Cadena, de la Universidad de los Andes; Morton Isler, del Smithsonian Institution de Estados Unidos; y Terry Chesser, del Centro de Investigación de Vida Silvestre Patuxent.
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El nombre honra a un ornitólogo y la comunidad embera chamí
El nombre científico de esta ave, Grallaria alvarezi, honra al ornitólogo colombiano Mauricio Álvarez Rebolledo, que dirigió varias expediciones biológicas durante el pico de inestabilidad política de la década de 1990 y principios de la década de 2000 en Colombia.
Mauricio fue pionero en la grabación de sonido aviar en el país, estableciendo la Colección de Sonidos Ambientales en el Instituto Humboldt. El nombre inglés honra a la gente de las montañas, la comunidad indígena emberá chamí que habita en las laderas del norte occidental de los Andes de Colombia. Chamí significa montaña y Tatamá, el nombre de la localidad tipo, significa el abuelo de los ríos en idioma emberá
Cita la publicación científica.
Según los científicos, las vocalizaciones del chamí antpitta se distinguen de las de todos los otros taxones, una canción corta que consiste en una sola nota, seguida de un intervalo más largo y terminando con un trino.
“La longitud del pico es de 23 milímetros. Sus alas miden 81,2 milímetros, el tarso 43,2 y la cola 37,08. La mayoría de los especímenes muestran rayas pálidas en el centro de algunas plumas de contorno y en algunos la intensidad de las plumas del seno sugiere una banda difusa”, revela la publicación.
Tomado de Semana Sostenible. Todos los derechos reservados 2020.
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